TERCER DÍA DE VIAJE: LA GALILEA YA NO TIENE SECRETOS PARA NOSOTROS

Y seguimos contándoos nuestras andanzas por la maravillosa Tierra Santa...

Para quien piense que lo de ayer fue madrugar, que sepa que hoy hemos vuelto a superarnos. Llamada de la Recepción a las 06h00, desayuno completo pero sin demorarse, y a las 07h30 montados en el bus. Primera visita: Cafarnaum.

Cafarnaum es un lugar con una importancia tremenda para los cristianos, por ser la población de origen de San Pedro, y uno de los primeros lugares donde Jesús desarrolló su Ministerio. Hemos visitado (lo que queda de) la casa de Pedro y la Sinagoga. Sus dimensiones indican la importancia que tuvo Cafarnaum, al igual que los restos de molinos de trigo que se conservan. Aquí, alrededor de la estatua de Pedro, hemos hecho una de las fotos de grupo que haremos durante el viaje.

De aquí nos hemos dirigido en bus hacia el norte, a los Altos del Golán, a ver Caesarea Filippi (Cesárea de Filipo). Al llegar a Banyas hemos ido a ver su principal atractivo, además de los manantiales que surten agua al Río Jordán, que es nada más y nada menos que la gruta-santuario de Pan, divinidad griega a quién se adoraba aquí. En honor de Pan se llamó "Panias" a la población. Pero como los árabes no pronuncian la "P" (¿lo sabíais? Nosotros tampoco...), el nombre se transformó en "Banias" o "Banyas", que es como se le conoce actualmente. Recordemos que hasta el año 1967, cuando estalló la Guerra de los Seis Días, esta zona pertenecía a Siria, y de hecho siguen recibiendo al visitante los restos de las trincheras y los carteles amarillos que indican que más allá de los carteles hay riesgo de explosión de minas...

Antes de continuar hemos visitado los baños, y había un grupo de estudiantes judíos, cuya joven acompañante podría haber pasado por una chavala que nos podríamos cruzar por la Gran Vía de Zaragoza, si no fuera por un detalle de su vestimenta que nos ha llamado la atención, por lo inusual para nosotros. ¿Qué sensación os produce a vosotros?

Hemos continuado hacia el Monte de las Bienaventuranzas, lugar donde se produjo el Sermón de la Montaña y donde nosotros hemos celebrado la Misa y hemos hecho otra foto de grupo. ¡Qué paz se respira en estos lugares!

Sobre las 11h40 hemos continuado visitando el Primado de San Pedro, con la iglesia de San Pedro o "Mensa Christi", lugar donde Jesús preparó los peces asados y el pan para sus discípulos. Y después de una lectura, hemos bajado a la orilla del Mar de Galilea, que está ahí mismo, con una agua dulce muy templadita... Como le gusta repetir a nuestro guía Marcelo, "si el Mar de Galilea pudiera hablar, ¿qué nos contaría?"

Saliendo del Primado, y girando a la izquierda, hemos llegado paseando a Tabgha, lugar del milagro de la multiplicación de los panes y los peces y actualmente una iglesia benedictina.

Vuelta al bus en dirección al Kibbutz "Ginosar"; un "Kibbutz" es, básicamente, una comuna agrícola israelí sustentada bajo los principios de la propiedad colectiva, los salarios igualitarios y la vida en comunidad. Este Kibbutz además explota un hotel y dispone de un puerto donde hemos cogido el barco "King David" ("Rey David") para hacer una pequeña travesía por el Mar de Galilea. En el barco hemos leído un par de lecturas y un marinero nos ha enseñado unos bailes típicos del país. También ha habido quién ha dedicado la travesía a reflexionar y a disfrutar de la experiencia.

Y de ahí, a comer en el restaurante del Kibbutz, el típico "Pescado de San Pedro". ¡Exquisito!

Pero tampoco hemos podido hacer sobremesa; nos esperaba la ciudad de Nazaret y su espectacular Basílica de la Anunciación. La Basílica conserva en su interior un altar construido sobre la que fue la casa de María, y es impresionante. Y en la planta superior,  toda una colección de mosaicos de vírgenes de muchas partes del mundo, entre las que se encuentra, en lugar destacado, nuestra Virgen del Pilar.

Saliendo de la Basílica de la Anunciación y andando unos poquitos metros llegamos a la Iglesia de San José, edificada sobre lo que fué su taller de carpintería.

Pero aún no podíamos descansar; nos faltaba uno de los momentos más emotivos del día, que ha sucedido en Caná de Galilea. Allí, en una capillita semiabierta, el Padre Aisa ha invitado a todas las parejas presentes a renovar sus Promesas Matrimoniales, delante de todos los demás. Y allí, cogidos de la mano, cada pareja, mirándose a los ojos, han renovado su compromiso con la misma ilusión que el día en que se unieron en matrimonio.

Al salir del recinto franciscano de Caná, y antes de subir al bus que nos llevaría de regreso al hotel, hemos aprovechado para hacer un brindis con el famoso Vino de Caná y a hacer unas compras en un comercio regentado por una familia cristiana (sólo el 3% de la población es cristiana! increíble...).

Y ahora sí, hemos regresado al hotel, muy cansados pero súper felices por las cosas que hemos conocido, los lugares que hemos visitado y las emociones que hemos experimentado. ¡Un día genial!

Mañana dejamos Tiberíades y dormiremos en Jerusalén. Pero antes visitaremos un montón de lugares que os contaremos. ¡SHALOM!