PRIMER DÍA DE VIAJE. ¡MADRUGÓN TOTAL!

Habiamos programado la salida a las 04h00 de la puerta de la Parroquia. La verdad es que todo el mundo ha sido muy puntual, coincidiendo varios taxis a la vez trayendo viajeros. Se han repartido unas "chuletas" con los números de asiento para todas las jornadas de viaje, los nombres de los hoteles y los teléfonos de los guías durante el viaje. ¡Por si acaso los necesitamos! Y Ramón, nuestro chofer, ha puesto camino hacia Barajas.

A eso de las 06h00 hemos hecho una paradita en Lodares de Medinacelli (que aún era de noche), a tomar un café para templar el cuerpo. Y una vez reanudado el viaje, el Padre Aísa nos ha dado una bienvenida al viaje un poco más formal, con una reflexión sobre la literalidad con la que tomamos el Evangelio. Van a ser días muy interesantes, ¡seguro!

Y por fin llegamos a Barajas, directos al acceso 8 de la T4, el más cercano a los mostradores de la compañía israelí EL-AL. Pero aunque nos habían dicho que abrían la facturación a las 08h00, la gente de Seguridad de la compañía se ha demorado un poquito, y no hemos podido empezar a facturar hasta las 08h50. Eso si, se quedaron cortos cuando nos contaron lo de los "interrogatorios" a los pasajeros. ¡Que pasada! Nos lo han preguntado todo: que quien había hecho las maletas, que cómo habíamos ido al aeropuerto, que qué nos habían dado en la agencia, que si conocíamos a todo el grupo, que si se había subido alguien en la parada del café, que si llevábamos algo para alguien en Israel, que si...... ¡Vaya cantidad de preguntas!

Una vez facturado, nos hemos dirigido a los controles de seguridad y de allí al trenecito que conecta la T4 con la T4S, donde se encuentran las puertas de embarque. ¡Qué grande es Barajas! Pero con mucho sitio donde perder el tiempo, la verdad, entre perfumerías, tiendas de tabaco, de cambio de moneda, de revistas, cafeterías... ¡hasta un StarBucks!

Hemos embarcado y hemos salido con unos 20 minutos de retraso sobre la hora prevista. El avión no está mal, asientos y pasillo un poquito estrechos pero con mucho sitio para las piernas. Hemos comido a bordo y la comida ha sido correcta (para cómo se come en un avión), a elegir entre pasta con salsa boloñesa y pollo con arroz, complementado con una tarrina de humus (una pasta de garbanzos típica de aquí), una pequeña ensalada y una mousse de chocolate.

Y por fin hemos llegado a Tel Aviv. Un pequeño desperfecto en una de las maletas del grupo nos ha demorado un poquito y, cuando ya estábamos todos en el autobús, el Padre Aísa ha dado por inaugurada la Peregrinación con un canto a la Virgen María y un Padrenuestro, mientras nuestros guías Marcelo y Eli nos trasladaban al hotel Marina Tel Aviv (podéis verlo en http://www.marina-telaviv.com) donde al llegar nos han repartido las habitaciones y hemos cenado. Y por cierto, ¡qué bien hemos cenado! Hay que tener un poquito de cuidado con las especias, pero la cena ha estado muy bien. ¡Y qué postres!

Después de cenar, sesión de configuración de wifis en los móviles para poder "wasapearnos" con la familia que se ha quedado en España, y los más valientes aún se han ido a dar una vuelta a tomar una copa. Y eso que mañana nos tocan diana a las 06h30, porque Marcelo y Eli quieren estar ya en ruta a las 08h00. El programa para mañana será intenso: Caesarea, Monte Carmelo (con su correspondiente misa en el Monasterio Carmelita "Stella Maris"), Acre y Tiberíades. Pero eso os lo contaremos mañana, que además pondremos más fotos (es que hoy no había mucho que fotografiar, la verdad...).

¿Queréis hacer algún comentario? Siempre serán bienvenidos...